top of page

Aprender para enseñar

Actualizado: 12 ago


El viaje de Carlos en la agricultura sostenible y el espíritu empresarial


A sus 23 años, Carlos es algo más que un técnico en turismo sostenible. Es un emprendedor, un apasionado defensor de la agricultura sostenible y un orgulloso participante en el Programa Colibrí. La trayectoria de Carlos es un testimonio de cómo la dedicación y el amor por el aprendizaje pueden transformar vidas y comunidades.

 

Pasión por aprender y enseñar


Carlos se describe a sí mismo como un joven muy motivado que sueña a lo grande y disfruta aprendiendo de los demás. Le encanta ayudar a la gente a descubrir y potenciar sus talentos, fomentando un sentimiento de comunidad y crecimiento compartido.


Su introducción al Programa Colibrí comenzó en la Escuela de Café de RENACER, donde descubrió el profundo impacto de la Agricultura de Conservación, en la mejora de la calidad de vida de los agricultores y la protección del medio ambiente.


Durante su estancia en RENACER, Carlos aprendió técnicas cruciales de gestión agrícola, restauración del suelo y conservación del agua. «Me enamoré de la agricultura y de los principios del cuidado del medio ambiente a través de la Agricultura de Conservación», reflexiona.

 

Profundizar en el conocimiento a través de la experiencia


El viaje educativo de Carlos continuó en la Escuela de Verano Agrícola, donde amplió sus conocimientos sobre prácticas agrícolas sostenibles. Una lección clave que aprendió es la importancia de mantener siempre el suelo cubierto, lo que ayuda a conservar la humedad y los nutrientes y protege contra la erosión.

 

Carlos también participó en cursos de liderazgo, dotándose de las habilidades necesarias para ser un líder eficaz en su comunidad, en la universidad y en cualquier grupo al que se una. «Es genial ver cómo los jóvenes tienen distintas formas de pensar, pero todos vamos por el mismo camino: queremos un país y un medio ambiente mejores», dice.

 

De estudiante a empresario


Con una creciente pasión por la agricultura y la sostenibilidad, Carlos se aventuró en el mundo empresarial. Creó su propio vivero, donde cultiva plantas ornamentales, frutales y forestales, y produce abonos orgánicos. Su interés por las plantas surgió cuando trabajaba en un vivero, donde pasaba horas leyendo sobre horticultura.

 

«Con el paso de los días, me enamoré de mi trabajo y decidí poner en marcha mi propio proyecto», explica Carlos. Reconoce que emprender conlleva sus retos, pero sus sueños son mucho mayores que cualquier obstáculo al que pueda enfrentarse.


A corto plazo, quiere generar oportunidades económicas para otros jóvenes a través de su vivero y enseñarles a emprender. Su visión a largo plazo es establecer una escuela de campo, proporcionando a más jóvenes las oportunidades educativas de las que él se benefició.

 

La alegría de aprender haciendo


Lo que más aprecia Carlos del Programa Colibrí es el enfoque de aprendizaje práctico. «Lo mejor es aprender haciendo, estar allí, trabajar con mis propias manos, ensuciarme y aprender directamente del campo», dice con entusiasmo.


Carlos es un ejemplo inspirador de cómo los jóvenes líderes pueden aprovechar la educación y la pasión para crear un cambio positivo en sus comunidades y más allá. Su dedicación a enseñar a los demás y su compromiso con la agricultura sostenible hacen de él un faro de esperanza para un futuro más brillante y más verde.

28 visualizaciones

Kommentarer


Kommentarsfunktionen har stängts av.
bottom of page